Historia reciente del transporte escolar

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Las Rutas Escolares en Casvi Villaviciosa ha sido un servicio que no ha parado de evolucionar a lo largo de la historia del Grupo Educativo Casvi. La seguridad, la atención personal a las familias, y la puntualidad, han sido los pilares que siempre han permanecido presentes a lo largo de estos años. Pero en todas las historias hay un antes, un durante y un después. Y eso es lo que hoy queremos compartir con los cientos de niños y familias que, desde 1985 y diariamente, han confiado en este servicio realizado en colaboración con la empresa madrileña Puesta del Sol.

 

(Foto de archivo)

 

Origen de las rutas escolares en Casvi Villaviciosa

Fue en 1985 cuando se inició el servicio de rutas en Casvi Villaviciosa. El primer curso escolar de su historia. Villaviciosa de Odón, Móstoles, Alcorcón, Leganés, Fuenlabrada e incluso Madrid, fueron sus primeros destinos.

Año tras año, se ha ido aumentando no solo el número de autobuses, sino también los trayectos. Arroyomolinos, Parque Coimbra, Navalcarnero, Sevilla la Nueva, Chapinería, Brunete, Griñón…se fueron sumando a lo largo de los años hasta nuestros días, cumpliendo fielmente el compromiso de seguridad y puntualidad con las familias que lo contrataban.

 

 

Evolución de las rutas escolares en Casvi Villaviciosa

Pero no han sido estos los únicos cambios que ha vivido el servicio de rutas escolares de Casvi Villaviciosa.  También ha variado su filosofía. “Antes se llegaba a puntos estratégicos y grandes. Ahora, casi podríamos decir que los llevamos hasta las puertas de sus casas, comenta Juan Llorente, responsable de este servicio. Por otro lado, cada vez llegamos a lugares más alejados de una forma más rápida. “Los nuevos vehículos adquiridos recientemente así nos lo permiten”. Y por supuesto, “lo hacemos siempre adaptándonos a las necesidades de nuestras familias, teniendo en cuenta las nuevas incorporaciones o los cambios de domicilio, que nos llevan, incluso a mitad de curso, a la modificación o ampliación de los trayectos”.

 

(Foto de archivo)

 

Una evolución que también se ve reflejada en el hecho de que cada vez sean más jóvenes los alumnos que hacen uso del servicio de rutas. “Los tenemos incluso de dos años, lo que demuestra la confianza y la seguridad del servicio”, continúa Juan Llorente.

Todos los vehículos, están dotados de todas las medidas de seguridad vial, además de higiénicas, con el fin de evitar cualquier tipo de contagio por culpa de la Covid-19. “Algo que, de hecho, no se ha producido en todo lo que llevamos de curso”, concluye. Para que la seguridad sea máxima, cada uno de estos vehículos cuenta con un kit de desinfección que se utiliza al empezar y finalizar cada una de las rutas. A su vez, también se procede a la toma de temperatura y lavado de manos con gel hidroalcohólico de todos los alumnos usuarios de este transporte antes de subir a él.

 

La movilidad del futuro

Sabemos que la sociedad actual es muy consciente de la necesidad de limitar la contaminación y el uso de vehículos privados en todo el mundo y, en especial, en las grandes ciudades, en las que los niveles de contaminación del aire están superando los límites permitidos.

A todo ello se sumarían sistemas de transporte inteligentes que abarcarían sistemas de gestión del tráfico y soluciones inteligentes de movilidad para monitorizar el tráfico, optimizar la señalización y regular el flujo de vehículos.

Otra característica de los autobuses del futuro es que no necesitarán conductor; serán vehículos autónomos. Algo que ya se ha podido ver en algunos países. Se prevé que la implantación de estos medios de transporte se sitúe entre 2025 y 2030. Mucho antes empezarán a circular los vehículos automatizados, que al igual que los autónomos, no requieren conductor, pero sí una infraestructura específica.

En China han dado todavía un paso más y se ha comenzado a trabajar en un híbrido entre el autobús y el tranvía que promete contar con más de mil plazas y pasar por encima de los coches. Este vehículo, que evitaría los atascos, se deslizaría por unos raíles fijos adheridos a la carretera, por los que podría circular a unos 60 km/h.

¡Bienvenido futuro!