La nueva ley educativa, conocida como LOMLOE, nació a finales del 2020 con la finalidad de unir la legislación actual a los nuevos retos de la educación y a una serie de objetivos fijados por la Unión Europea y la UNESCO para la década de 2020-2030.
Las principales iniciativas de esta nueva ley están en línea con la mayoría de los países de la OCDE y afectan a todos los niveles de enseñanza no universitaria y al acceso y admisión a la universidad.
Este curso 2022-23 se ha iniciado con varias novedades, que se añaden a las que la nueva ley educativa, LOMLOE, introdujo durante el curso anterior. Estas son las principales:
La ley educativa LOMLOE se aplicará por completo en el curso 2023-2024. Por lo tanto será entonces cuando los diferentes colegios españoles terminen de implantar las novedades.
En el próximo curso, está previsto que comiencen las evaluaciones diagnósticas. Se trata de una especie de prueba PISA a nivel nacional cuyo objetivo es obtener información sobre el punto en el que se encuentran los conocimientos y competencias del alumnado. Estas pruebas están ideadas para alumnos de 4º E. Primaria y 2º ESO.
Otra de las novedades que aún no se han terminado de establecer es la selectividad. En este caso, se ha planteado la reducción del número de exámenes y la inclusión de la prueba general de madurez académica, una prueba que incluye todas las materias de ámbito lingüístico y que tendrá como base un dosier de documentos en diferentes formatos.
Según la nueva ley educativa LOMLOE, la enseñanza estará enfocada a la flexibilidad y al fomento de la creatividad, del espíritu de científico y las TIC, además del aprendizaje significativo y competencial. Pero esto es algo con lo que los alumnos de Casvi Villaviciosa están plenamente familiarizados porque lo llevan trabajando desde hace años.
Y es que son muchas cosas las que tienen en común esta nueva ley y la metodología que se ha ido implantando en nuestro centro desde el año 2009. La metodología del Bachillerato Internacional y sus tres programas (PEP, PAI y PD). Otros ejemplos son el refuerzo de la autonomía, la gestión emocional o la competencia tecnológica desde una visión crítica.